PUEDE,
PERO…
Aquella
tarde estaba muy pensativo.
Descansaba
en la sala de estar, sentado en mi butaca. De repente oí un ruido
que procedía de la puerta de la entrada de mi casa, no sabía si era
dentro de mi casa o fuera. Empecé a pensar.
Podría
ser un gato, que había chocado contra mi puerta, o se estaba
peleando con otro. También puede que haya tumbado un contenedor de
basura y por eso hay ese barullo. Puede que simplemente una persona
mayor busque alguna cosa que le haya caído por esa zona. O puede que
haya habido un accidente y haya muertos delante me mi casa y aún no
hayan llamado a la ambulancia. En este caso debería levantarme e ir
a ver qué está pasando, para evitar una catástrofe. Pero, ¿por
qué tengo que levantarme y desconectar? Si hay muertos seguro que
los vecinos lo habrán oído y se acercarán para ver qué pasa.
Cuando lleguen llamarán a la ambulancia y todo arreglado. Pero, ¿y
si los vecinos no están en casa? Bueno puede que no sea esto. Puede
que haya pasado algo que no sea tan triste y sangriento. Además,
tengo que ser positivo. También puede que haya un incendio en el
piso de arriba y la gente se haya tirado por la ventana. Es poco
probable. Además sentiría olor a humo. No sé que podrá ser ese
ruido tan intrigante. Puede que alguien intente entrar en mi casa y
robarme, o incluso matarme. No, no lo creo, no hay nada de valor en
esta casa, solo hay mi butaca y yo. Por qué querrán hacerme daño,
si soy muy callado y nunca me meto en líos. Nadie me envidia y no he
intentado hacer daño a ninguno. Y mi butaca ya es vieja y no creo
que me levanten a mí a la fuerza para llevarse a mi butaca vieja que
sólo me sirve para sentarme un rato y pensar, como estoy haciendo
ahora. También puede que sea un simple e inofensivo niño que se
aburre y no tiene nada más qué hacer que molestarme tocando mi
puerta, o puede que no lo haga con mala intención y juegue con una
pelota contra la pared de mi casa, sin la intención de asustarme.
Pero un animal también puede ser. Un perro que se haya acercado a mi
casa por recoger una pelota, o para hacer pis. O un pájaro que puede
que estuviera volando y chocara contra la puerta de mi casa. O puede
que una persona venga a visitarme o a preguntarme algo y no sabe que
tengo un timbre y por eso llama a la puerta. No, no creo que sea eso.
Abrí
los ojos y volví a la realidad. Me liberé del pensamiento y me
concentré en la realidad, para averiguar qué estaba pasando. De
repente volví a sentir un ruido, como unos pasos, pero esta vez no
provenía de la calle o de la puerta de mi casa, sino que provenía
de dentro de mi casa, del pasillo. Me incorporé en la butaca, me
relajé y me puse pensativo.
Todo
esto descartaba todas las opciones anteriores que se realizaran en la
calle. El accidente de tráfico, los animales, los niños, el
incendio, etc., pero daba lugar a otras opciones. No descartaba que
hubiera un ladrón. Pero supongo que si fuera un ladrón no haría
tanto ruido al caminar, ya que cualquier persona lo podría oír y
llamar a la policía. Bueno, puede que no tenga cuidado porque piensa
que no hay nadie en casa, como yo no hago nada más que pensar y la
casa parece un cementerio… . Pero creo que los vecinos lo habrán
visto si ha entrado en casa y me llamarán para avisarme o llamarán
a la policía. Pero puede que me tengan envidia o que no les caiga
bien y me quieran hacer fuera del barrio. Pero creo que no es eso.
Como he pensado antes, yo soy muy tranquilo y la gente está contenta
conmigo. Puede que no sea una persona. Puede que sea un objeto, por
ejemplo una pelota de bolos o de fútbol, o de tenis o cualquier cosa
redonda o que se desplace dando botes o haciendo ruidos parecidos a
los de unos pasos de persona. También puede que sea mi mujer o un
amigo. Bueno, un amigo no creo que sea, porque no entraría sin
llamar al timbre. Además, de amigos, muchos no tengo. Pero la opción
de que sea mi mujer es bastante razonable. Normalmente regresa más
tarde del trabajo, bastante más tarde, pero hoy puede que sea un
extra. Pero si fuera ella habría venido a saludarme y haría
hablado, y por ahora eso no ha sucedido. Puede que me quiera dar una
sorpresa, pero mi aniversario es dentro de una semana y no creo que
se adelante con el regalo. ¿Y si es un perro? No, no lo creo, porque
si puede entrar un perro, antes entraría una persona. Es que no hay
más opciones. Puede que haya caído algo de la estantería del
pasillo, pero, ¿Cómo? Es imposible averiguarlo, lo mejor, creo que
será que vaya a averiguar qué está pasando. Pero es que se está
muy bien en este sillón. Bueno, no puedo contenerme más. Abro los
ojos, porque quién sabe qué está pasando, puede que sea algo
bastante grave, así que no debería esperar más.
Volví
a abrir los ojos, pero no vi a nadie. No miré atrás porque el miedo
me controlaba. Noté una presencia a mi espada, como un aire frío.
Experimenté un escalofrío. No sabía qué hacer, así que lo
medité.
No
creo haber dejado la ventana abierta, pero ¿Y si lo he hecho? Espero
que sea eso. Este aire parece viento, un viento frío. No parece la
presencia de una persona. Pero si he dejado la ventana abierta puede
que alguien haya entrado para robarme. Reflexioné. No puede ser,
vivo en un quinto piso. ¿He dejado el ventilador encendido? Puede
que sea eso ese aire, pero puede que esté relacionado con los otros
ruidos. Espera. No oigo ningún ruido, así que el ventilador, no es,
porque siempre hace un ruido muy fuerte cuando está encendido. No sé
que es. Puede que sea alguien. Una persona conocida, como un familiar
que quiere asustarme o un desconocido que quiere matarme o robarme.
Pero ¿Qué hará para robarme?, si yo estoy aquí, delante de sus
narices. ¿No le entrará miedo? Bueno, puede que vaya armado y
quiera hacerme daño. Pero si es un familiar no es para tanto. Pero
¿Qué tipo de familiar haría eso? Mis padres viven en California,
lejos de aquí y mi mujer las bromas y los sustos no es que le
encanten. También puede que sea un animal. Un perro por ejemplo. El
de la vecina. Que haya saltado desde su balcón hasta el mío y haya
venido a verme. Es un perro pequeño, muy pequeño y cariñoso. No es
agresivo y se vive muy bien con él, porque te hace compañía. Ya me
gustaría a mí tener uno. Pero a mi mujer no le gustan y yo como que
no soy el que manda, pues sigo sus órdenes. Pero también puede que
sea otro animal. Un gato, un loro, o un pájaro. Pero al loro, seguro
que lo habría oído hablar. Al gato, maullar y al pájaro, cantar.
Pero ¿Y si es un perro muy feroz y agresivo? Podría hacerme mucho
daño. Podría matarme, hacerme añicos. Pero creo que habría
ladrado. Pero puede que le hayan enseñado a no ladrar. Puede que se
acerque a mí, luego empiece a lamerme la pierna, luego abrirá la
boca y me comerá o me hará heridas graves, muy graves. ¿Qué hago?
Puede que sea algo aún más peligroso. Puede que me mate
directamente. Debería abrir los ojos y desconectar del pensamiento.
Si lo hago, puede que me salve de una buena. O que solo hayan sido
imaginaciones mías, por el miedo entre otras cosas y haya dejado de
relajarme por una chorrada. Pero ¿Por qué digo relajar? Si lo único
que hago es espantarme cada vez más. Abro los ojos.
Cuando
la imagen se volvió nítida, empecé a ver lo que estaba en frente
de mí. Había un hombre vestido de negro, con unas gafas de sol y
una gran sonrisa en la cara. Yo le sonreí, pero no lo conocía de
nada. Puede que fuera un amigo de mi mujer. De repente, la expresión
de su cara desapareció. Se alejó de mí y con una mirada asesina
sacó una pistola de su chaqueta y me apuntó a la cara. Me asusté
mucho. Me relajé e intenté tranquilizarme. Cerré los ojos y pensé.
Puede
que todo sea una farsa, una broma de alguien conocido. No pasa nada.
También puede que esté soñando. No, no lo creo, porque ahora me
despertaría. En los sueños, antes de que te pase algo malo te
despiertas, para impedir que tu mente sufra. Entonces, ¿De verdad
ese hombre me quiere matar? No me lo creo. ¿Es por mi dinero? ¿Por
mi casa? No tengo nada de valor, y quitar una vida por diversión
pasa en muy pocos casos. En casos excepcionales. Pero puede que no me
quiera matar. ¿Y si es para un programa de televisión, para ver
como reacciono ante una amenaza como esa? Tendré que averiguarlo,
porque quedándome en el pensamiento, con los ojos cerrados y sin
hacer nada, no conseguiré saberlo. Lo mejor es volver a la realidad
y averiguar de una vez por todas qué es lo que está pasando en mi
casa.
Cuando
quise abrir los ojos, desconectar del pensamiento, volver a la
realidad, con una intriga enorme, no pude. No era capaz de abrir los
ojos. No podía controlar mi cuerpo. ¿Qué se había hecho de mí?
¿Que había hecho aquel hombre de negro? Intentaba hacer reaccionar
mi cuerpo, para encontrar la respuesta a todas esas preguntas. Luego,
cansado y abatido me pregunté:
¿Ya estoy muerto?
¿Ya estoy muerto?
Joan Rosselló Bover
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